DESDE LA
ALCAZABA, HOY
—Inicio del libro «Almería milenaria»—
En las doce primeras páginas, la propia Alcazaba expresa su sentir desde tres ángulos o momentos vitales:
1- «Desde la alcazaba, hoy»,
2- «Desde la alcazaba, ayer»
3- «Desde la alcazaba, siempre»
.
Este es un fragmento del primero de ellos:
A veces,
ciudad mía, veo en tus ojos una mirada antigua, desnuda. Otras, veo la pared tras la que te proteges.
A veces, sí, el instante se
detiene, se agita, se estremece, entonces brota un tiempo pasado, cual bucle
que te acecha. La luz de ayer te enfoca de nuevo, te busca en el inicio de las
eras, te centra, te sitúa, indaga en lo recóndito, extrae, conjetura, descifra
enigmas, rompe el viejo sello, te penetra por puertas entreabiertas jamás del
todo cerradas, te insta, estimula, y te exige, tomar la temblorosa mano yerta
que otrora hizo temblar tu mano.
Sientes que el pecho se abre, que
el seco dedo frío del espectro apunta hasta tu centro adormecido. Y luchas, te
rebelas, te proteges, te enrocas y rechazas la mirada que hurga en tu mirada,
buscando en el ayer de tu memoria el miedo amurallado de tus
ansias.
Ah, me pienso arena tibia del
desierto. Fui, fuimos, hermosa fotografía del momento, rendida al paso del
tiempo y a los elementos.
Mi ojo, sincronizado con la magia
del instante, grabó en ágavas la imagen del amor, preservándola de perros y
desvencijados peldaños de sal gorda.
Tú no lo sabías entonces. Creíste
en un éxtasis eterno alejado de la verdad del hexagrama mas todo evoluciona,
incluso lo aparentemente inerte. No existe el azar sino como consecuencia de
algo.
Intuimos el lamento de la gota
pero sólo oímos el grito, fragor, estruendo, de la inmensa ola. Los actos
hermosos o simplemente rutinarios, igual que la palabra, mal usados, pueden
modificar, incluso quebrar, aquello que tocan o nombran.
El mundo que vemos instante a
instante, es como un mínimo haiku que apenas recoge un lapso de realidad única
y esplendente que nunca más será reproducido.
Nada ocurre porque si, ciudad
querida, en la voluble noria de la vida. A veces… ni siquiera ocurre.
agv
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